El futuro ha llegado y son las bicicletas eléctricas o e-bike, éstas funcionan con pedaleo asistido gracias a un motor eléctrico que no sobrepasa los 250W y donde la velocidad máxima es de 25 Km/h.

En Europa se ha convertido en un transporte muy utilizado tanto como para actividades diarias hasta actividades recreativas.

Y si ya cuentas con una bicicleta de montaña y no quieres invertir en otra, no te preocupes hay una opción económica que te permite utilizar tu bicicleta de montaña y sin necesidad de ocupar más espacio en tu casa. Actualmente ya existen unos cuantos kits de conversión para pasar de una bicicleta normal a una eléctrica. Básicamente, se componen de cuatro partes que pueden ser atornilladas en cualquier bicicleta: un motor, batería, controlador y acelerador. Hay kits más completos, que incluyen también aceleradores de pulgar o frenos mecánicos, entre otros. Y es fácil: apenas tardas unos 20 minutos en instalarlos.  

El paso número uno es atornillar la batería sobre el bastidor de la bicicleta (al soporte de la botella de agua o al asiento, dependiendo del tamaño de la bici). El controlador se mantiene dentro del soporte de la batería y fuera de la vista. Y el acelerador simplemente se desliza sobre el extremo del manillar.

En cuanto al motor, puedes colocarlo en la rueda trasera para ganar más equilibrio. Esta es la opción más habitual por el beneficio que aporta.

Comienza utilizando tu bici en distancias cortas para probar su funcionamiento y continuar usándola como medio de transporte.